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Célebre anarquista de origen lituano conocida por sus escritos y sus manifiestos radicales, libertarios y feministas, fue una de las pioneras en la lucha por la emancipación de la mujer.
Emma Goldman nació el 27 de junio de 1869, en el seno de una familia judía de Kaunas en Lituania. Durante el periodo de represión política que siguió al asesinato de Alejandro II y cuando contaba 13 años, se trasladó con su familia a San Petersburgo. Emigró a los Estados Unidos con una hermanastra tras el enfrentamiento con su padre que pretendía casarla a los 15 años.
En New York conoce y convive con Alexander Berkman y pasa a ser la principal dirigente del movimiento anarquista de los Estados Unidos. Su apoyo a Berkman en la tentativa de asesinato de Henry Clay Frick la hizo todavía más impopular frente a las autoridades americanas. Berkman fue encarcelado durante varios años.
Públicamente instigó a los obreros en paro a Pedid trabajo, si no os lo dan, pedid pan, y si no os dan ni pan ni trabajo, coged el pan. Esta cita es un resumen del principio de expropiación preconizada por los anarco-comunistas como Piotr Kropotkin.
Tras varios arrestos por su activismo anarquista fue de nuevo arrestada en 1901 por participar en el complot de asesinato contra el Presidente William McKinley. Uno de ellos, León Czolgosz le había disparado pocos días antes. Emma, le conoció semanas más tarde y se vio con él una sola vez, al ser arrestada dijo: ¿Tengo yo la culpa de que un loco haga una mala interpretación de mis palabras?
Hizo públicas sus profundas convicciones pacifistas durante
Residió en
Disconforme con el autoritarismo soviético, se instaló definitivamente en Canadá. En 1936, Goldman colaboró con el gobierno español republicano en Londres y Madrid durante
Emma Goldman murió el 14 de mayo de 1940 en Toronto y está enterrada en Chicago.
El Matrimonio, el aborto y el amor libre.
En muchas ocasiones Emma Goldman tuvo que ser sacada de los salones de conferencias y de algunos "mitines" acompañada por la policía, pues sus puntos de vista resultaban intolerables para la "sociedad puritana" como ella la llamaba. Promover y defender el aborto, significaba indicarle al estado burgués que el cuerpo le pertenecía a las mujeres y que podían hacer con él lo que les viniera en gana. Era decirle al pueblo culto y civilizado que traer hijos al mundo, educarlos y atenderlos como verdaderos seres humanos, implicaba sustancialmente la toma de una decisión consciente y responsible por parte de la pareja o de la persona interesada en dicho proyecto, no del estado o de alguna iglesia que predicara la maternidad como una función al servicio de la sociedad civil.
El amor libre que predica Emma Goldman no es igual al amor promiscuo. Lo más natural que tiene un ser humano es su sexualidad, por eso todo tipo de organización social es anti-natural, porque la naturaleza no conoce de organizaciones para darle paso a los mecanismos auto-reproductivos más fluidos y perfectos que el hombre pueda imaginar. Toda institución diseñada para controlar la espontaneidad de la naturaleza está condenada al fracaso o a la destrucción de la naturaleza misma. Y en esa dirección no hay nada más libre que el amor.
La propuesta del amor libre hecha por los anarquistas tiene que ver particularmente con la más sencilla, y al mismo tiempo la más complicada de las escogencias que hace cualquier ser humano en cualquier parte del mundo, en todo momento; nos referimos a la pareja con quien desea unirse, o al amigo o amiga con quien quisiera compartir sus más profundos y acendrados ensueños.
Sobre el Autoritarismo
Emma veía algo más que un conjunto de expresiones mal articuladas de distintos autoritarismos, visión que no llegó a completar en su análisis de la revolución rusa. Pero la participación de los anarquistas en la guerra civil española, la hizo pensar en las posibilidades del individuo y de la organización con fines eminentemente de ayuda mutua. Sin el apoyo de las brigadas internacionales el autoritarismo franquista en España se hubiera instalado en el poder mucho antes de lo que tenía previsto la historia. Esto lo comprendió muy bien Emma y desde sus reflexiones tempraneras sobre el burocratismo excesivo de la revolución rusa, ya preveía el daño que puede causar a la libertad individual una maquinaria burocrática especialmente diseñada para estrujar cualquier expresión de iniciativa personal que trate de sacudirse los controles de la misma. Con posterioridad hombres como Trotksy, que por una triste ironía moriría asesinado por un agente estalinista en México el mismo año que Emma, le darían a ésta, sin reconocérsela, la razón de su análisis sobre el estrecho contacto entre autoritarismo y totalitarismo para entender el desarrollo del pensamiento político occidental. Sin embargo, a pesar de sus cálidas intuiciones teóricas, Emma fue antes que nada, un gran testimonio sobre lo que la práctica le tiene reservado a los intelectuales y activistas de pefil libertario. Más todavía cuando se trata de mujeres. En este caso, Emma hizo lo que muchos anarquistas varones no hubieran podido: correrles el velo a las mujeres de su ceguera sobre el papel que debían jugar en la sociedad, y sobre todo, hacerles ver que en un régimen autoritario ellas son doblemente oprimidas. Por eso, sostenía, la mujer tiene una propensión natural hacia el anarquismo.